jueves, 4 de septiembre de 2014

Todos alguna vez hemos querido escapar de lo que el común de la gente suele llamar realidad, y aunque suene muy nostálgico para la juventud promedio debo confesar que es lo único que pasa por mi cabeza últimamente: desaparecer.
No creo que sea una idea muy loca porque si se puede concretar y no exactamente dejando de vivir, tan sólo intentar de no aparecer por las calles, por los edificios, por los pasillos, por los negocios a los que concurrías o simplemente evadir la idea de sociabilizar por un buen rato. Para mi no es demasiado difícil ya que mi ideal de vida no es nada más que respirar, comer y dormir, pero inútilmente el sistema creó otro ideal de vida el que incluye estudiar y eso para mi no está en mis planes perfectos.
Y respecto al amor... creo que debo dejar aún más de lado esos pensamientos erróneos de que necesito a alguien que me acompañe, quizás la soledad es mucho más interesante, tanto que he logrado contar cada ruido extraño que pasa por mi pieza, ruidos que antes con los latidos enamorados de mi corazón no solía sentir.
Todo me parece inútil, y sí, mi cabeza se está volviendo totalmente una alcantarilla llena de odio y rencor, que horrible es sentir que todo lo que tienes no lo necesitas y lo que de verdad puede llenar tu vida se va alejando poco a poco,  pero hay que aceptarlo y nunca arrepentirse pues por algo he llegado a ser quién soy hoy en día; hay que verle el lado positivo siempre a las cosas por poco que exista.

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